El tradicional jueves de pintxo-pote en Pamplona no podría haber tenido mejor postre que el que se ofrecía en Zentral, con todo un pastel hard rockero que comenzaron a servir Lionize y su psicodelia con toques de reggae canabiloide; seguidos del rock sureño etílico, a la manera de los Motorhead más ajetreados, de la mano de Valient Thorr; y la guinda, como no podría ser de otra manera, del stoner-rock aderezado con mil sabores de los chefs de la noche, Clutch.

A pesar de ser un día entre semana, a pesar del frío y de la distancia que muchos de los asistentes recorrieron para ver a los de Maryland, la sala de la capital navarra estaba casi del todo llena. El buen ambiente del habitual día de pintxo de Iruña había propiciado las ganas de acercarse a presenciar un concierto que muchos esperaban desde hace tiempo.

Pero antes de que el grupo de Neil Fallon pisara las tablas, unos paisanos de éstos, los también de Maryland, Lionize serían los encargados de abrir la noche de manera muy puntual, a eso de las 20:30, agradando los pabellones auditivos de los allá presentes con un rock muy blusero, cargado de la psicodelia que el teclado de Chris Brooks vertía sobre las guitarras y voces de Nathan Bergman.



Aunque habría sido de agradecer que alguno de los componentes de Clutch se hubiera apuntado en alguno de sus temas, ya que han participado en sus grabaciones, dejaron muy buen sabor de boca tras su breve set.


Tras Lionize llegaría el momento en que Valient Thorr se dejaría el sudor, literalmente, sobre el escenario. Otra breve actuación la de estos norteamericanos con un frontman, Valient Himself, que se gana a pulso este calificativo moviéndose de un lado del escenario como si de un luchador de pressing catch se tratara, a juzgar por sus botas rojas de boxeador, animando al público y, sobre todo, sintiendo lo que hace. Un hard rock sureño con toques de metal que, a pesar de que daba la sensación de ser altamente anárquico (musicalmente hablando) sonó frenético de principio a fin, en el que la banda de Carolina del Norte realizaron un show aprovechando cada segundo del que contaban, para presentar su último trabajo, Old Salt.

Entretuvieron al público de una manera más que notable, dejando en la mente de cada uno que “estamos aquí para cuatro días” y que lo mejor que puedes hacer es pasarlo en grande cada segundo.



El divertido y exiguo set de Valient Thorr dejaría el ambiente caldeado para los que estábamos esperando, Clutch. Los de Maryland, tras terminar la cena vegana que habían pedido expresamente para esa noche, nos tenían preparado un arsenal de temas que vinieron introducidos, como viene siendo habitual, por la versión de Chuck Brown, “Money”, toda una declaración de intenciones, que sonó justo antes de saltar al escenario con “Cyborg Bette”, seguido de “Decapitation Blues” y “Crucial Velocity”.



Tanto Tim como Dan, a la guitarra y al bajo respectivamente, se mostraron sobrios y concentrados en sus instrumentos, efectuando una ejecución sobresaliente pero sin apenas moverse a escasos metros de sus amplificadores ni de conectar con el público, más que haciendo uso de su música.


Si “Firebirds”, que sería el siguiente tema que tocarían, no dejaba de hacer mover al personal, sería “The Move Goes Wild” la que terminaría por levantar a todo al gentío.

A continuación "Cypress Grove", del mismo disco que la anterior, Blast Tyrant, sonaría justo antes de “Sucker for the Witch”  y “A Quick Death in Texas” de su último trabajo Psychic Warfare, álbum del que más temas tocarían esta noche junto con Earth Rocker. De éste serviría de ejemplo “Book, Saddle, & Go”. Atronadora en directo!

Mientras Tim y Dan permanecían en las trincheras disparando munición hard rockera bien temperada, Neil Fallon se encargaría de manejar su hueste desde el frente del escenario ocupando ese estatismo de sus compañeros y, por otro lado, Jean-Paul Gaster, rellenaría los carismáticos silencios de las composiciones de la banda con un sinfín de ritmos y un sonido de batería a su altura.



No faltaron “The Regulator”, en la que Neil se arma con la guitarra, o “Burning Beard” en la que la voz de Fallon sonó perfecta en los grabes de ultratumba. Todo un predicador del stoner más contundente. Excelente interpretación!

Pero entre los hits de rigor se coló algún tema que no nos esperábamos como la versión de Pappo, “Algo Ha Cambiado”, de su disco Strange Cousins From The West. Una canción que dejó algo descolocada a los más profanos de la banda, que no estaban seguros si la interpretación era en inglés o castellano, debido al cerrado acento sureño del barbudo cantante. Un detalle para los fans hispanohablantes.



“The Face” y “The Yeti” serían los temas que pondrían la alfombra para la apisonadora “X-Ray Visions”, un temazo en toda regla que ganó aún más peso en directo. Sería la última canción antes del bis. Nos dejaría perplejos al colega Unai Endemaño, que se acercó desde tierras vizcaínas, y al que escribe esta crónica, por lo rápido que nos acercamos al final del show.



Llegaría el momento de la pausa de rigor justo antes de poner la puntilla con “D.C. Sound Attack!”, en la que Fallon tomó el escenario con una baqueta y un cencerro, afinado en el tono más bajo posible que pueda llevar el ganado vacuno de Maryland. Este corte volvió a subir aún más los ánimos antes de la canción que no debe faltar en un concierto de Clutch: “Electric Worry”, tema estrella que no se cortaron en sustituir los solos de teclado y harmónica, por guitarra y más guitarra, siempre con el público entonando su “Bang, bang, bang…Vamonos, vamonos”, señal literal para marcar el final de un concierto que congregó a un nutrido número de asistentes que salieron más que satisfechos, tras dejarse aplastar por el tanque sonoro que, una vez más, demostró ser Clutch en vivo.