La sala Totem de Villava está ganando puntos a marchas forzadas, no solo por la cantidad y variedad de conciertos y espectáculos, sino también por su calidad y por la pasión que demuestran sus promotores por acercar a tierras navarras grandes apuestas artísticas, en los tiempos que corren.
La apuesta para el ecuador otoñal de 2013 fue la banda sureña North Mississippi Allstars, un bastión del blues rock más actual, que está demostrando cómo se puede explotar un estilo tan básico como es éste, innovando y sacándole un jugo fresco y lleno de energía.
La agrupación de Hernando (Mississippi, USA), está formada por los hijos del que fue productor de y pianista Jim Dickinson, que ha trabajado con gente como Dylan, The Rolling Stones o Willy Devile entre otros. Cody y Luther, a la batería y la guitarra respectivamente siguen el legado del Hil Country y el blues de su tierra, acompañados por el bajo de Lightning Malcolm.
Como no podía ser de otra manera, nos acercamos para ver un concierto de este tipo en un medio de transporte que ha dado sonoridad al blues: el tren. Hacía tiempo que no me subía a un caballo de hierro para acercarme a Iruña. Casi tanto como el que hacía desde que no veía una banda de blues rock de la grandeza de estos sureños.
Los de Mississippi abrirían su concierto muy puntuales, con la ayuda del bajista que les acompaña actualmente, Lightnin' Malcolm, que dejó su bajo a un lado para calentar motores al personal que iba llenando la sala, con una guitarra en mano y sentado frente a un bombo, que él mismo tocaba. Gracias a una efectiva sonorización, casi sonaba como una banda al completo, y logró empezar a mover al público que disfrutó con su pequeño set de media hora, en el que presentó su disco Rough Out There. No se echó demasiado en falta al bajista habitual de los de Mississippi, Crish Chew, Malcolm haría doblete y no solo al bajo, sino también a la guitarra y a los tambores esa tarde-noche.
Tras la primera actuación, muy ovacionada por el público que crecía en número paulatinamente, aparecieron en el escenario la banda al completo, arrancando con Shimmy She Wobble a golpe de tambores y percusión, animando muy rápidamente al personal. Continuaron con My Babe y seguídamente con el clásico de Mississippi Shakes, Siting on top of the world.
Los intercambios de instrumentos fueron la constante durante todo el show, en el que imperaron los sonidos de bombos y cajas que todos tocaron, y de la guitarra slide de Luther Dickinson. Luther ha perfeccionado mucho la técnica slide y además ha innovado utilizando instrumentos tan precarios como el lowebow u otra variante que utilizó en la Totem, con una lata de conservas como resonador, en lugar de la caja de tabacos del otro instrumento.
El que fue guitarrista de The Black Crowes durante dos años desde 2008, no fue el único maestro de ceremonias esta vez, ni tampoco fue el único en cantar y tocar la guitarra. Su hermano Cody y Malcolm, también ejercieron ese papel, sin quitarse protagonismo a ninguno entre ellos. Cody se marcó un solo tocando el washboard (una pequeña tabla de labar la ropa), enchufado a un wha-wha y demostrando sus dotes como vocalista. Le acompañaron el resto del trío con tambores y slide guitar.
Además del tema con el que comenzaron, Shimmy She Wobble, fueron cortes de su último disco los que abundaron en el concierto. Canciones como: Jr, My babe, Boggie, Snake Drive, Meet me in the city, World Boogie, Going to Brownsville y por supuesto su versión del clásico tema de Hambone Willie: Rollin' and Tumblin'.
Temas del resto de su discografía también sonaron, como la del primerizo disco de 2000 Shake hands with shorty: Shake 'Em on Down, versión de Bukka White, o Skinny Women. Por supuesto no faltó el cover de Kimbrough, “All night long”, de ese mismo plástico, que interpretaron en plan jam sesión góspel levantando a todo el público.
Antes de comenzar con los bises, que gran parte del respetable exigió, todo el grupo se preparó para dar la gran sorpresa a los que no conocían a la banda del Delta, y a los profanos en este estilo, surgiendo en escena armados con tambores y tocando “Granny, Does Your Dog Bite”. Cody dirigiendo, esta vez, al resto de la banda con la caja y ataviado con una máscara de estilo veneciano. Eso no fue todo, pues bajaron del escenario para seguir con la tamborrada entre un público encantado. Sin duda alguna, una banda recomendable tanto para los académicos del blues, como para los que nunca han escuchado o visto un concierto de este estilo, y padre de muchos de los más actuales. Una apuesta ganadora para la sala de Villava, a la que esperamos vuelvan a pujar.
Cerraron la fiesta sureña por todo lo alto: Luther y Cody a la guitarra, y Malcolm al bajo. Despidiéndose de todos con el tema “M.L. (Going Home)”, marchándose para su casa, pero saludando a todos los que se acercaban al escenario para agradecerles una tarde-noche de domingo perfecta, para cargarnos de energía y afrontar la semana, de incipiente invierno, con otra templanza.
